La Celestina-Tragicomedia de Calisto y Melibea.- Fernando de Rojas

IMG20220923094301_BURST001_COVERLa Celestina (Tragicomedia de Calisto y Melibea)
Fernando de Rojas

Adaptación de
Luis Escobar
Huberto Pérez de la Ossa
Talleres de Artes Gráficas ARGES.- Madrid, 1959

Estamos en el siglo XV. Los Reyes Católicos anexionan el Reino de Navarra. El Renacimiento empieza a saldar cuentas con la Edad Media y se constituyen los Estados Modernos, con España entre los primeros. Los valores medievales instituidos y mantenidos por la nobleza y el clero son un armazón que comenzará a desmoronarse, pero cuyo vigor todavía es indiscutible. Así que, como no podía ser de otro modo, se guardarán las formas de puertas afuera en una doble vida, recatada y exigente moralmente para la calle; desatada y libertina de puertas adentro.

MelibeaLa “Tragicomedia de Calisto y Melibea”, o “La Celestina”, significa un hito en la Literatura que pone la primera piedra de las muchas que significará la construcción renacentista, precedente de la picaresca y anuncio de lo que será el Siglo de Oro.

Hemos dicho “precedente” de la picaresca, y es que este género literario genuinamente español comparte no pocos elementos con la obra atribuida a Fernando de Rojas; citemos, por ejemplo, su carácter didáctico y moralizante, como ya se anuncia en su prólogo: La historia puede servir de reprehensión de los locos enamorados que, vencidos en su desordenado apetito, a sus amigas llaman y dicen ser su dios. Asimismo, puede servir de aviso a los engaños de las alcahuetas y malos y lisonjeros sirvientes. También encontramos –como en la picaresca- un carácter determinista que llevará al fracaso a Celestina y los criados de Calisto. Esta ideología moralizante y pesimista que concluye con la muerte violenta de los personajes protagonistas de la historia no oculta, sin embargo, una dura crítica a la hipocresía social en la que se desenvuelve la vida de amos y criados, nobles y plebeyos, ricos y pobres. Tampoco se escapa la lectura de la denuncia que el retrato nos ofrece de la lucha enconada entre los criados y entre estos y sus amos –de vida licenciosa- para sobrevivir y medrar. Entre las clases desposeídas existía cierta conciencia sobre la naturaleza y calidad de los linajes y la dignidad; cuando Sempronio acaba diciendo acerca de Calisto y Melibea: “…así que los nacidos por linaje escogido búscanse unos a otros”, Areúsa replicará con presteza: “Ruin sea quien por ruin se tiene; las obras hacen linaje, que al fin todos somos hijos de Adán y Eva”. Sigue leyendo

Cirio el prestamista

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Cirio, el prestamista, amaba más el dinero que a sus vecinos. Decía obrar siempre de acuerdo a la ley, y la ley era inflexible en el contrato firmado por las partes. ¿Qué sería de él si no cuidaba sus bienes? ¿Quién se preocuparía de su suerte si las cosas le fueran mal dadas? ¿No cumplía puntualmente con su dinero la palabra firmada? ¿Acaso no sería llevado ante el juez si no devolvía en su plazo justo la cosa prestada?

Así, de manera concluyente, no quiso entender –más allá de la ley- la situación de la familia que empeñó su casa para plantar un huerto, poner una pequeña granja y establecer un taller para el trabajo de la madera. Los dos hijos pequeños de la humilde y laboriosa familia no estaban en la letra del contrato, ni tampoco los cálculos y la mala suerte en el negocio de los padres. El frío de la calle nada tenía que ver con el precio pagado por la casa y el dinero y los intereses que Cirio no había recibido en el plazo libremente acordado.

Cirio, el prestamista, tenía ahora otra casa que él no habitaba y a la que sacaría beneficio con las rentas de un alquiler. No le tembló la mano a la hora del desahucio. La ley era la ley –se repetía-, igual para ellos que para mí. ¿Qué sería del mundo si no se cumpliera la ley? Y la ley no decide sobre el valor de los intereses. Si no quieres, la ley no te obliga a contraer la deuda; tampoco calcula la ley las desgracias sobrevenidas por los malos cálculos y los riesgos asumidos. En nada le corresponde a él juzgar la ambición de la gente y en nada le corresponde a él sufragar esa ambición. Cirio, el prestamista, era un hombre de ley. ¿Pero era justo? Sigue leyendo

Contra el fanatismo.- Voltaire

Contra el fanatismo.- VoltaireIMG20221126125934

Taurus.- 2020
Juan Ramón Azaola, traductor

François-Marie Arouet (1694/1778), el que se hiciera llamar Voltaire sin que hasta la fecha se conozca la razón y el significado de su pseudónimo, vivió durante los reinados de Luis XIV y Luis XV en la Francia de la Ilustración y aportó sus ideas revolucionarias en defensa de la ciencia y la razón por encima de la religión. Abrazó el liberalismo y las ideas del filósofo inglés John Locke, defendiendo que el pacto social no supone en ningún caso los derechos naturales de la persona. Librepensador y defensor de la libertad y la tolerancia religiosa también rompió moldes con sus poemas escandalosos al estilo de los eróticos de La Fontaine. En su celo por defender la tolerancia criticó duramente al cristianismo y las otras religiones, como la mahometana y la judía. Sin embargo, tal y como se desprende de la lectura de esta obra, Voltaire no fue intolerante con la religión, pues sin aceptar sus dogmas, los respeta. Se le atribuye erróneamente la frase popular “No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”, aunque sí es verdad que, en cierto modo, refleja bastante bien el espíritu de tolerancia que el pensador francés defendió en esta obra “Contra el fanatismo”, y en otras de su autoría, como “La muerte de César”, “Edipo” o las “Cartas filosóficas”.

VOLTAIREEl punto de partida de “Contra el fanatismo” será un acto de intolerancia y fanatismo ocurrido en Francia, como fue la muerte de Jean Calas. Se pone de manifiesto la indefensión del acusado, la falta de pruebas y lo absurdo de la denuncia por parte de una congregación radicalizada con la religión y llena de odio. La posición de la Justicia, viciada de la intolerancia social dominante y alejada de la razón, será objeto de la crítica de Voltaire que se pregunta si los jueces o el Papa son infalibles y demuestra la parcialidad de dichos jueces en el juicio que llevó a Jean Calas al cadalso, acusado de ahorcar a su propio hijo por su posible renuncia a las propias creencias religiosas para abrazar el cristianismo. Tras el veredicto final de los 13 jueces del caso Jean Calas, Voltaire exclama: Parece como si el fanatismo, indignado desde hace poco con los éxitos de la razón, se debatiera bajo ella con mayor rabia.

Los argumentos y pruebas que Voltaire va presentando a favor de la tolerancia para identificar a los intolerantes entre los responsables religiosos que estimulan a las masas y las mueven al odio son no sólo numerosas, sino también concluyentes. Toda su filosofía se basa su concepción del “derecho natural” y el “derecho humano”. El segundo se fundamenta en el primero sobre el principio universal que puede formularse así: No hagas lo que no quisieran que te hicieran a ti. Ni en el derecho natural ni en el humano puede tener cabida la intolerancia, pues impone al otro un modo de pensar, de creer, opinar y actuar con la amenaza del castigo que puede llegar a la muerte. Sigue leyendo

Introducción a la moral en el Quijote.- Manuel Fernández de la Cueva Villalva

Introducción a la moral en el Quijote
Manuel Fernández de la Cueva Villalva

Conferencia pronunciada en la Fundación Rico Rodríguez (Toledo) el 8 de julio de 2017

Tenemos ante nosotros la prueba de un motivo más para abordar la lectura del Quijote, en esta ocasión desde el contenido ético y moral de la obra cervantina que desarrolla en su conferencia Manuel Fernández de la Cueva Villalva.

En su planteamiento, se sustenta el autor en la tesis de que existe en Cervantes una inquietud por la ética reflejada en sus personajes y, centrándose en los principales de don Quijote y Sancho Panza, en que las distintas actitudes en el ámbito moral de cada uno de ellos refleja un dualismo: el ámbito teórico de los principios éticos de don Quijote y el ámbito práctico de los actos morales de Sancho Panza.

No considera el autor que sean dos posturas irreconciliables, sino que se da una confluencia en temas como la libertad, el bien y el mal, la voluntad y otros.

El objetivo declarado del contenido de la conferencia es “el hallar un espacio ético o moral en el que nos podamos mirar” o ver reflejados, según la intención del conferenciante. A tal fin, se empieza por diferenciar y aclarar los conceptos de “moral” y “ética”, la primera como ciencia de las costumbres concerniente al fuero interno de la persona, y la segunda como filosofía que se ocupa de la moral y las obligaciones de las personas. Dicha aclaración resulta muy conveniente para saber de qué estamos hablando.

Tras una exposición menuda y aclaratoria de los conceptos referidos, ética y moral, sobre los Sigue leyendo

Meditaciones sobre la existencia de Dios.- René Descartes

René DescartesMeditaciones sobre la existencia de Dios
René Descartes

Editorial Taurus.- Barcelona, 2015

Mediaba el siglo XVII cuando moría René Descartes. Sus escritos siguen, cerca de alcanzar el primer cuarto del siglo XXI, influyendo en nuestro pensamiento por dos razones, según pienso; una, la de haber tratado de ser honesto consigo mismo en la búsqueda de la verdad, y dos, porque los problemas de esa  búsqueda de la verdad, si es que existe, se nos sigue escapando. Apenas podemos constatar la certeza de la confusa existencia humana y certificar la de la muerte. Más allá de todo ello nos resultará difícil de determinar, sin que podamos por ello escapar al recurso de la fe que tan flaco favor hace a la razón.

Y claro, uno choca con su propia perplejidad de hombre inexperto en casi todo, y más en filosofía con mayúscula o minúscula, cuando Descartes nos desvela el objetivo final de sus meditaciones, declarando los pensamientos por los cuales “está persuadido de haber llegado a un conocimiento cierto y evidente de la verdad”, así como su declarada vocación de predicarlo al mundo para tratar de convencer a los demás de sus certezas.

Rene_DescartesPero, siguiendo el propio consejo de Descartes al final de su prólogo, no me formaré un juicio definitivo sin previamente haberme tomado el trabajo de leer todas y cada una de las objeciones recibidas sobre sus propuestas y todas  cada una de las respuestas que han merecido del pensador francés.

La primera loable pretensión del filósofo será deshacerse de todas las opiniones antiguas atacando sus fundamentos a fin de sentirse libre para crear un nuevo sistema de pensamiento. ¿Será posible semejante pretensión? Hacer tabula rasa de los conocimientos adquiridos y heredados parece tarea imposible; mas, en el supuesto de conseguirlo, ¿no debería renunciar también al objeto sobre el que tratan las opiniones rechazadas? Porque, de lo contrario, me parece a mí que todo el trabajo se reducirá a deshacerse de la cáscara del problema sin tocar el contenido o meollo de la cuestión. Así, podemos ver cómo en Descartes perviven inmutables la cuestión de la existencia e inmortalidad del alma y de Dios, sin ponerlas en tela de juicio y conservando las “verdades” sostenidas por Aristóteles y los escolásticos con una visión humanista aunque pretenda acceder a ellas por otras vías. Sigue leyendo

Pensamiento, palabras y música.- Arthur Schopenhauer

Schopenhauer 1-OPensamiento, palabras y música
Arthur Schopenhauer

Prólogo y edición de Dionisio Garzón
Biblioteca Edaf.- Madrid, 2010

Leyendo a Schopenhauer en este libro, he tenido una primera impresión de encontrarme ante un autor seguro de sí mismo, un pensador que analiza de forma muy crítica su trabajo y el de los demás y un escritor que busca la claridad y la calidad de sus escritos sin ahorrarse juicios exigentes sobre la naturaleza, el valor y la función del lenguaje escrito, así como la exaltación del lenguaje musical.

No escurre el bulto Schopenhauer ante los temas que aborda sin que se le pase cuál es  la importancia y dónde reside la calidad de una obra escrita, empezando por el título, al cual equipara con la dirección de una carta que debe conducirnos sin titubeos a su destino; desestima, de ese modo, los títulos prolijos, los que no dicen nada, los oscuros, ambiguos, falsos o engañosos, considerando de entre todos ellos los peores aquellos que ya figuran en otros libros, por su manifiesta falta de originalidad y por ser un plagio.

schopenahuer 24Si, de entrada, se detiene de manera tan rotunda en la importancia de un título ¿qué imaginar de todo lo demás? Repasará, con la misma determinación, las consideraciones que hacen a un autor digno de ser leído o no, parándose con detalle en la cuestión del estilo y recriminando el pecado de la afectación. Schopenhauer considera que el estilo es un reflejo del pensar; aboga por un estilo natural al que, nos dice, renuncian los mediocres, que dejarán a un lado también la espontaneidad. De este modo nos señala a quienes pretenden producir en el lector la apariencia de talento tras la máscara de la incomprensibilidad o la escritura farragosa que conlleva la dificultad de entender. Es decir, tacha de incompetentes a quienes escriben para que nadie lo entienda, que es lo fácil. Alaba y estima, sin embargo, al escritor que expone sus ideas para ser entendidas por todo el mundo, que es lo difícil. Escribir poco claro o mal sólo significa pensar de modo turbio y confuso; la sencillez será, por el contrario, atributo de la verdad y de la naturaleza del genio. El estilo vago, forzado, ambiguo; así como el prolijo y cargado, solamente –asegura Schopenhauer- nos habla de un autor que intenta ocultar su pobreza de pensamiento. Hay, por tanto, que huir de lo pedantesco y difícil de comprender como resultado de intentar escribir con un estilo afectado. De igual manera resulta inconveniente querer escribir como se habla o hablar como se escribe. Sigue leyendo

Ataque a un enemigo de la libertad.- Cicerón

Ataque a un enemigo de la libertad
IMG20220809112559Cicerón

Editorial Taurus, 2021

La expresión popular “echar una filípica”, después de leer a Cicerón, cobra todo su sentido y no se nos escapa el alcance del dicho. No se ahorrará retórica ni ingenio siguiendo el ejemplo de Demóstenes, creador del invento unos trescientos años antes, en sus discursos contra Filipo II de Macedonia. En este discurso ante el Senado y en presencia del mismo Marco Antonio, Cicerón firmará su sentencia de muerte. Lo sabía, lo temía, y lo que temía y sabía se cumplió puntualmente. El 7 de diciembre del 43 a.C. fue asesinado cuando huía de Italia.

CiceronNo falta en la oratoria de Cicerón ningún exceso cuando se trata de señalar y denunciar las actuaciones ilícitas, extravagantes y torticeras de Marco Antonio. Lo más suave que se permite decir sobre él es que era un completo imbécil. Lo demás, criminal, ambicioso, anteponer sus intereses personales a los intereses de la República, perseguir de manera vergonzosa la gloria y prostituirse en la cama a cambio de dinero, son algunas de las perlas dejadas en forma de acusaciones vertidas en estas filípicas. Sigue leyendo

Santa Lucía de Gordón, el carbón que calentó nuestra infancia

Las imponentes rocas calcáreas, blancas y luminosas, esconden el tesoro de un carbón que calentó las cocinas de los gordoneses durante décadas. Con el carbón los inviernos fueron menos fríos, los cocidos hervían exhalando aromas húmedos de caldo y morcilla por toda la casa y las chimeneas ponían sus hilos humeantes al paisaje.

Santa Lucía se creció apretada entre el Bernesga y los montes, generosa nos abrió los brazos de su telurismo y allá iban y venían muchos de nuestros padres a escarbar en sus entrañas las pesetas que daba el carbón para calentar los garbanzos. Sus calles de pueblo minero arrastraban el polvo negro que subía de los pozos y sus tejados se oscurecían. En invierno, las lluvias y la nieve disimulaban su imagen y la devolvían al paisaje de montaña que le corresponde. Luego, el río extendía aguas abajo la memoria de un sacrificio de truchas que no entendían nada de carbones. Hasta que la empresa minera empezó a mirar hacia otros métodos de lavado y poco a poco el agua volvía a pasar limpia por debajo de los ojos de los puentes. Sigue leyendo

Las dos doncellas.- Miguel de Cervantes Saavedra

Las dos doncellas
Novelas ejemplares

mujer-1dos-doncellas-2Miguel de Cervantes Saavedra

Los enredos, accidentes y casualidades se suceden en esta novela ejemplar con una historia de amor y celos, pero –sobre todo- de honor. Y todo se resuelve, finalmente, en matrimonio y duelo de caballeros.

El argumento de “Las dos doncellas” desarrolla las andanzas, incidentes y vicisitudes de dos muy jóvenes y hermosas damas a las que prometió matrimonio un mismo joven, apasionado y apuesto caballero; la una, enamorada y con la promesa escrita y firmada de ser desposada; la otra, además de enamorada, tomada por esposa en el lecho y con el compromiso de hacerlo ante el altar.

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La primera salida de don Quijote de La Mancha

Primera salida de don Quijote

Toda la primera parte del Quijote fue escrita y publicada por Miguel de Cervantes Saavedra dividida en cuatro partes con sus correspondientes capítulos: del 1 al 8, del 9 al 14, del 15 al 27 y del 28 al 52. Tras la publicación de la segunda parte, un tiempo después de haber aparecido la apócrifa de Avellaneda, esas cuatro partes se considerarán una sola, y la segunda parte aparecerá sin otras divisiones que las correspondientes a los capítulos.

De lo que pudo o no pudo significar esa primera división ya se han hecho conjeturas y elaborado distintas hipótesis. Son notables las de Dominique Aubier (Don Quijote, profeta y cabalista.- Ed. Obelisco.- Barcelona, 1981) en su interpretación esotérica del Quijote en el que ve referencias claras al judaísmo concibiendo la novela como el “libro de la revelación”, una reinterpretación del Zohár de Moisés de León, y la voluntad de restablecer los verdaderos valores del conocimiento a la luz del libro mencionado. Llegará a la conclusión de entender como intencionalidad primera del Quijote la unión de las tres grandes religiones, judía, cristiana y musulmana De ahí que, en esta misma línea, interprete el significado de la aventura de los molinos de viento y la del vizcaíno (I, VIII).

Pero refiriéndonos al propósito que nos ocupa de esta primera salida de don Quijote, quiero manifestar con claridad que toda especulación sobre el texto literario de Cervantes no pasa de puro juego y entretenimiento de una lectura espectacular como es el Quijote. Miguel de Cervantes era escritor; no fue historiador, ni rabino, ni ideólogo, ni fanático religioso de ninguna religión. Como escritor no podía dejar de reflejar sus pensamientos y preocupaciones, los pensamientos de los demás y el estado de las cosas de su mundo y su época. Tratar de elucubrar sobre su obra más allá de estos límites no tendría sentido. Hablar de Cervantes y su obra, jugar con su realidad literaria, sólo puede tomarse como una manera de rendirle homenaje. Por eso, y porque como escritor lo que prima en Cervantes es lo literario, encontraremos incongruencias y contradicciones si lo tomamos al pie de la letra; pero la magia de la literatura y la habilidad especial de Cervantes es hacernos olvidar, ignorar o pasar desapercibidas esas incongruencias para hacer creíble y real su historia. Sigue leyendo